El culto lunar se desarrolla muy temprano en Mesopotamia. Es el dios Nannar para los sumerios, Sîn para los babilonios. En la civilización egipcia se le emparienta con el ojo izquierdo herido de Horus. Los griegos veían en ello la ’ residencia de las almas’. Las religiones conceden a la luna una importancia variable. Marca el principio del Año nuevo chino.
El Profeta Mahoma instituyó en 631 un calendario
Todas las civilizaciones,
todas las religiones
han venerado a la luna.
puramente lunar, entonces la media luna creciente llegó a ser un símbolo importante. La primera Pascua judía fue observada en época de luna llena, el 14 Nisán de 1513 a.n.e (Exodo 12:18).
Y este detalle temporal permite a los cristianos seguir con exactitud el memorial de la muerte del Cristo, " nuestra Pascua " (1 Corintios 5:7).
En la Biblia, la luna no se cita y queda relegada,
tanto como el sol, a su función de lumbreras
(Génesis 1:16). Se encuentra también esta prohibición en el decálogo:
” No debes hacerte una imagen tallada ni una forma parecida
a cosa alguna que esté
en los cielos arriba ”.
Exodo 20:4
Este peso ilustra también el enigma propuesto al último rey de Babilonia, Belsasar: " Mené, Mené, Tequel y Parsin. " (Daniel 5:24,25). Las consonantes que componen la primera palabra de esta escritura sobre la pared permitían comprender tanto la palabra ’mina’ como una forma del término arameo vertida por ‘contado’.
" Mené, Mené,
Tequel y Parsín. "
Daniel 5:24,25.
Dios había contado los días y anunciado el fin
de la dinastía babilónica. Siglos más tarde,
Babilonia efectivamente llegó a ser " montones
de piedras […] sin habitante ", testimonio silencioso pero elocuente de la infalible exactitud de
la palabra profética. – Jeremías 51:37.
La caída de una enigmática ‘ gran Babilonia ’ (Revelación 18:2) se anunció con bastante certeza.